jueves, 21 de mayo de 2009

Mi Confrontación con la docencia.

Mi confrontación con la docencia.
Considero que el ser maestro es una profesión que definitivamente requiere de vocación, en mi caso, esa vocación la sentí desde que era estudiante de secundaria, me gustaba mucho estudiar, y sobre todo, organizar los temas que nos encargaban de consulta, no tanto el exponerlos frente al grupo, pero si darles una secuencia, una lógica, ya estando estudiando el bachillerato, me di cuenta que algunos de mis compañeros batallaban para entender algunos temas que a mi se me facilitaban, y como la cuestión económica no andaba bien por la casa, pues empecé a dar clases de regularización a compañeras en sus casas, y me pagaban por hora, poco a poco tuve muchos alumnos de diferentes escuelas a quienes ayudaba a regularizarse antes de algún examen, me gustaban mucho las matemáticas, así es que decidí entrar al Instituto Tecnológico de Ciudad Juárez y ahí me titule en la carrera de Ingeniería Industrial en Producción, mi carrera me gusto mucho y desde dos años antes de graduarme tuve la suerte de trabajar en el departamento de Ingeniería de una maquiladora local, trabaje 6 años mas después de graduarme , siempre dentro de Ingeniería, lo cual me dejo gratas experiencias y recuerdos, pero nunca tantas como la de ser docente, cuando tuve a mi primer hijo, no quise seguir en trabajo de Ingeniería porque era muy demandante en horarios y quería dedicarle tiempo a mi familia, un año después, ya extrañaba la independencia del trabajo y busque en varias escuelas, trabaje en Conalep, Tecnológico de Juárez y finalmente, desde hace 17 años, me establecí en Bachilleres con tiempo completo, en las materias de Informática I y II, de primer y segundo semestre respectivamente. Yo creo que cuando uno hace lo que le gusta hacer, el tiempo pasa mas rápido y sin sentirse el trabajo como una obligación o algo pesado, en este tiempo, jamás me he arrepentido de no seguir ejerciendo la Ingeniería, en la docencia es donde siento que encuentro mi lugar, cabe decir que el sistema Bachilleres se preocupa siempre por capacitar a sus docentes en las aéreas que pudieran ser deficientes como teorías psicopedagógicas, didácticas, etc., y en cada periodo semestral nos proporciona bastantes cursos, seminarios y diplomados para que suplamos las materias que nos faltan por no ser maestros normalistas. Ser docente en el nivel medio superior para mi ha significado aprender cada semestre algo nuevo, definitivamente los jóvenes de cada generación son distintos, tal vez por eso el paso del tiempo no lo he sentido, ni me he aburrido, inclusive, trabajar en este nivel me ha ayudado a entender mas las etapas en que están pasando mis propios hijos, las satisfacciones mas grandes que he tenido definitivamente es cuando veo a jóvenes confundidos al inicio, con miedo incluso, muy rebeldes algunos y que al paso de su bachillerato, cambian su perspectiva de vida, verlos madurar poco a poco es para mi una satisfacción muy grande, al igual que cuando regresan ya universitarios y también, ya ejerciendo sus profesiones con todo el vigor de su juventud, recibir sus saludos y el saber que fui una pequeña contribución en su camino, me hace muy, pero muy feliz, claro, existen también insatisfacciones y tristezas, como ver a algunos de nuestros jóvenes desperdiciar la oportunidad preciosa que tienen de cambiar su vida al terminar su bachillerato y por ende, su carrera universitaria, algunos por flojera, algunos por enamoramientos y embarazos, muchos mas por falta de habilidades y fortalezas familiares, así como un ambiente de pandillas, institucionalmente también he encontrado cosas que no me agradan o que siento algunas veces que el trabajo académico pasa a segundo plano sobre el provecho personal o político, pero en fin, cada día mi meta no es inmiscuirme en esos asuntos, sino en mis clases, en mi razón de estar ahí, en ayudar a los jóvenes a captar algunas conductas y conocimientos que les ayuden a estar mejor preparados, algunas veces termino mis labores contenta, otras con sabor a fracaso, pero indudablemente, no cambiaria mi profesión por ninguna otra.

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